LA VENTANA DE CRISTAL
DE LAS DEUDAS AJENAS
Las hojas tienen dos caras, como las monedas, y no hay anverso sin reverso como tampoco hay cara sin cruz. Que la llegada de los españoles perturbó la historia de América es una gran verdad; pero también lo es que antes de que llegara España en América ya había perturbaciones. Perú no fue un modelo de armonía antes de la conquista: la guerra entre Huáscar y Atahualpa causó centenares de miles de muertos, algunos hablan de millones, las masacres fueron terribles, las crueldades, infinitas y las venganzas, espantosas. Los incas no tenían una sociedad igualitaria exenta de desigualdades, y España no sólo llevó allí aventureros sino también el derecho de gentes; no es honesto citar las virtudes propias omitiendo sus vicios y recordar los defectos ajenos olvidándose de sus virtudes. Toda cara tiene su cruz; toda cruz, su cara.
Toda la vida han maltratado al niño. Ha sido su abuelo. Después de sufrir sus palizas, ahora castigáis al niño por lo que su abuelo les ha hecho a los demás. Castigar a uno por las culpas de otro. Mis antepasados invadieron América y ahora me echan la culpa a mí, ¿qué tengo que ver yo? Tal vez no esté de acuerdo con muchas de las cosas que se hicieron, ¡pero es que encima me acusan de haberlas hecho! La mujer no tiene por qué pagar las deudas que su marido ha contraído en el juego.
Yo soy inocente y no se me puede acusar. Los culpables ya se han muerto, pero el daño está hecho. Por mal camino vamos si queremos que otros paguen las deudas que nadie ha podido contar. Todavía es peor tapar nuestros errores de hoy con errores de otros en el pasado, es como obligar a pagar las deudas del abuelo para no tener que pagar nuestras propias deudas. No mires por la ventana y mírate en el espejo: tal vez veas en tu cara los errores de los que a los demás les estás acusando.
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