LAS PARTES DE LA
FILOSOFÍA
1. Las ocho formas de vida.
La
existencia puede asegurarse en este mundo o en trasmundos invisibles situados
en el más allá.
El
yo inmanente está en el mundo y en él lucha por existir. Busca su existencia en
este mundo, a diferencia del yo trascendente; la trascendencia es dios.
La
esencia se juega en el arte, que es búsqueda de plenitud.
Sólo
en la ética convergen esencia plena y existencia plena, haciendo de la vida una
auténtica obra de arte.
La
historia es inmanencia. Todas las demás formas de vida son trascendentes.
El
punto de partida de esta ontología está constituido por el estudio de ocho
formas fundamentales de vida. Son las siguientes:
1. Inmanencia:
estoy dentro del mundo y veo el mundo, pero no me veo a mí.
2. Autoconciencia:
mi mente sale parcialmente del mundo, y desde fuera se ve a sí misma luchando
dentro.
3. Ética:
estoy como autoconciencia dentro del mundo, y me identifico en otros como yo
que también están en el mundo.
4. Arte:
salgo enteramente del mundo y vivo en otros que sí están en el mundo.
5. Juego:
el sentimiento de los otros en mí flota en la novedad generada por la
repetición.
6. Humor:
la novedad mana de la repetición sin sentir a los otros en ese estar fuera del
mundo en que estoy yo.
7. Ciencia:
mi mente sale totalmente del mundo, y desde fuera ve el mundo sin sentirlo:
como un juego de sombras.
8. Técnica:
esta separación entre yo y el mundo es el teatro de iteraciones que no producen
novedad.
2. Las partes de la filosofía.
La
autoconciencia es antropología cuando es estudiada por la filosofía. El estudio
del mundo como inmanencia no autoconsciente es cosmología. El estudio de estas
dos regiones del ser abarca cuatro bloques temáticos generadores de sendas
disciplinas: nosología (noosfera), ontología (cosmosfera), ontopatía (erosfera)
y fenomenología (cronosfera o historia del ser). De este entramado se derivan
las partes de la filosofía. Son las siguientes:
1.
Nosología. Se ocupa del conocimiento, e incluye tanto al conocimiento
físico como metafísico (hay continuidad entre filosofía y ciencia). Se divide
en:
a)
Fainología. Estudia la percepción. Abarca territorios que han sido
abordados por Husserl bajo el término “fenomenología”; ésta no debe confundirse
con la historia de las apariciones del ser como parece significar el término en
Hegel: para esto último reservaré el término “cronofanía” o, simplemente,
“fenomenología”. La fainología se ocupa del conocimiento sensible; pero, a
diferencia de Platón, lo concibe como íntimamente ligado a la inteligencia de
las cosas. Percibir es volcar las sensaciones en moldes gestaltistas y
conceptuales; estos últimos resultan de nuestra experiencia y nuestro
aprendizaje.
b)
Epistemología. Estudia el conocimiento intelectual y abstracto; y lo
hace tanto desconectado del mundo sensible (ciencias formales) como conectado
con él (ciencias empíricas): en este último caso no se confunde con la
fainología, porque explora conceptos nuevos en vez de limitarse a reproducir
los existentes.
2.
Ontología. Es el estudio del ser, incluido el ser humano, pero reducido
a sus componentes no humanizados. Hay tres ontologías (o tres partes de la
ontología) dependiendo de las tres regiones a las que se aplica:
a)
El conocimiento ordinario (impropiamente llamado “sentido común”): son
las teorías elaboradas a partir de la percepción, y podemos hablar de ontología
fainológica.
b)
La ciencia: abarca las teorías elaboradas reflexionando no sólo sobre
las cosas que percibimos, sino también sobre la aplicación a las mismas cosas
de los conceptos producidos por el desarrollo autónomo de la razón. Todas las
teorías científicas en todas las ramas del saber tendrían cabida aquí; la ontología
científica es más un puente entre filosofía y ciencia que una rama de la
filosofía. Es el mundo de las ontologías regionales.
c)
La metafísica: es la parte de la ontología que se ocupa de las regiones
últimas del ser, comunes a todas las ciencias; sus campos emblemáticos son las
relaciones entre el ser y el tiempo o el ser y la nada (teniendo en cuenta que
el ser se estudia aquí independientemente de toda consideración fainológica).
3.
Ontopatía. Estudia la naturaleza sintiente de las cosas, el pathos del
ser. Si la ontología estudia los aspectos no humanizados del ser, eso quiere
decir que en último extremo podría confundirse con la lógica; pero una lógica
paraconsistente capaz de captar el tiempo, lo que no consiguen las lógicas
bivalentes al uso. La física y la química son modelos de esa lógica (¿de esas
lógicas?) que se constituyen interpretando las variables de diversas maneras.
Pero la lógica ontológica contempla el ser como representación,
esto es como formas que aparecen a nuestra razón. La patiología lo
contempla como presencia, desde dentro: buscando lo que el ser siente.
Prolongación natural de la patiología sería la ontopatía, que se
preocupa de sentir el ser. La biología y la psicología serían modelos
patiológicos de la lógica ontológica, y la poesía y la mística lo serían de la
ontopatía. En correlación con la lógica ontológica se levantaría una gramática
ontológica, que incorporaría intuiciones interesantes de Octavio paz (véase El
mono gramático). La patiología se puede escindir en dos grandes apartados:
a)
La hilopatía. Estudia la naturaleza sintiente de la materia no
humanizada, mineral, vegetal o animal, por lo menos de los animales inferiores.
Algunos autores han postulado una protomentalidad de la materia.
b)
La patiología humana (humanipatía). Se ocupa de las formas de sentir en
la naturaleza humana, ocupando un territorio fronterizo con la psicología de la
que, sin embargo, se aparta; ésta se ocupa, en efecto, de las representaciones
del sentir, mientras que a la patiología humana le interesan sus presencias.
La
ontopatía es esa forma de conocimiento que consiste en sentir el ser más que
razonar sobre él (intuición frente a inteligencia): aquí tienen
cabida intentos como la razón poética de María Zambrano. Ahora bien, hay
una línea muy delgada entre la ontopatía y la mística (y el arte en general);
esta última quiere sólo sentir el ser, mientras que la primera quiere conocer
sintiendo. En efecto, pensar es razonar y sentir: tales son los dos modos de
conocimiento que hay.
4.
Fenomenología. Entendida como una historia del ser, en relación
con una historia del tiempo (cronofanía), abarca:
a)
Una filosofía de la naturaleza (entendida como ontología de la historia de la
naturaleza). La dialéctica de la naturaleza intentada por Engels no
cuajó ni siquiera como embrión de este proyecto.
b)
Una filosofía de la sociedad (como ontología de la historia social). Su modelo
es la hegeliana fenomenología del espíritu.
Obsérvese
que ontología y ontopatía son dos formas de conocimiento del ser: una por la
razón; la otra por el sentimiento. Hay una ontología y una ontopatía de la
vida, que es a un tiempo sentimiento (erótica) y lucha (agonística). Esta
presencia da lugar a tres campos de estudio:
A.
Teletaxia. Lucha por la existencia. En su fase inmanente es hemerótica y
filosofía de la historia; en su fase trascendente es patética.
a)
Hemerótica. Se ocupa de la vida cotidiana, algo que podríamos llamar la
erótica de los días.
b)
Filosofía de la historia. Sería lo que podríamos llamar ontología
social, y se ocupa de las condiciones de posibilidad del saber en función
del sentir y viceversa. Frente a la erótica de los días, es aquí erótica de los
tiempos. La lucha por la vida tiene muchas líneas fronterizas; la religión, por
ejemplo, no es lo mismo como lucha por el poder que como experiencia de la
intensidad; en el primer caso es objeto de la filosofía de la historia; en el
segundo, lo es de la patética en la mística.
c)
Patética. Se ocupa de la lucha trágica, que es ante todo la lucha contra
el destino. Aspectos de la humanipatía religiosa pueden caber en este apartado.
Como erótica del destino es tragedia; y como erótica de la eternidad es
la mística.
B.
Televida. Lucha por la esencia. Es trascendencia liberada de las
contingencias de este mundo, pues aquí no peligra la vida ni peligran tampoco
nuestras formas de instalación en este mundo. Abarca estas dos disciplinas
filosóficas:
a)
Filosofía del ocio. Trata de la vida como lucha en el juego, en
el deporte, pero no en la lucha por la vida: en el juego se busca menos la
victoria que la superación (aunque el juego tiene efectos teletáxicos que
desprecian la superación buscando la victoria). Pero también encontramos aquí
la erótica del descanso. El juego, competitivo o cooperativo, es
diversión ligada a la lucha; el descanso es diversión que no requiere esfuerzo.
b)
Estética. Se diferencia de la patiología en que su objeto de estudio es
el sentimiento distanciado.
C.
Ética. Estudia las interacciones entre lógica ontológica y patiología
humana, insertando la necesidad ontológica en el sentir; rechaza, por
consiguiente, que pueda hablarse de manera generalizada de falacia naturalista.
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