RINCÓN DEL POETA
2014
NOVIEMBRE
24.
Como estábamos
de vacaciones, estábamos dispuestos a dejarnos engañar. Soñar es bonito.
25.
Los antiguos
canarios están emparentados con los bereberes, que proceden de aquellos
pelasgos de Mongolia que emigraron a través del Cáucaso. Hubo, pues, un
comercio bereber entre África y América con escala en Canarias. Contrariamente
a los africanos, muchos de los antiguos canarios eran rubios y de ojos azules.
26.
Abajo, desde
un mirador, se divisaba un mar de nubes blancas que flotaba bajo los pies,
mientras que allá a lo alto aparecía, majestuoso, el Teide.
27.
Ladera abajo,
alrededor, hay coladas de lava de antiguas erupciones: toda la isla es
emanación del volcán.
28.
El Teide; el
infierno de los guanches, que le temían por el fuego espantoso; las fuerzas
malignas del mundo inferior, los rugidos que producía, los temblores que
aterraban… El Teide: ser malo, área fatídica; que ése y no otro es el
significado de la palabra.
29.
Masca. Un
hermosísimo pueblo apresado entre montañas. El camino descendía y, allá abajo,
destacaban como espectros las luces fantasmales de las casas. Detenido,
encajado entre moles gigantescas, el pueblo se yergue frente a una inmensa
muralla de pétrea lava que corta el aliento. Es bello. Bello y… sobrecogedor.
Kant lo llamaría sublime. Es algo tan bello que nos rebasa sin medida, nos
empequeñece. Al otro lado de la montaña está el mar. Esa barrera montañosa que
recorremos por dentro es, desde fuera, el acantilado de los gigantes.
30.
Supe que las
Canarias podían corresponder a los confines del mundo de los griegos, más allá
de las columnas de Hércules, en el océano inmenso que tomó del gigante Atlas el
nombre de Atlántico. Las Canarias podían haber sido los Campos Elíseos de que
hablaba Homero, las islas de los Bienaventurados, el jardín de las Delicias, el
jardín de las Hespérides. Pudo allí ser derrotado el gigante Gedeón en uno de
los trabajos de Hércules. Y, según otras especulaciones, puede relacionarse con
las gorgonas, las amazonas y el mito de
la Atlántida que Platón evocaba.
31.
Fe es creer lo
que no experimentamos por nosotros mismos. Creemos lo que nos dice el médico,
aunque no entendamos lo que nos dice: pues de su autoridad brota nuestra
confianza. Y esperanza es querer lo que creemos, pues cuando el tratamiento va
a poder curar nuestra dolencia, somos felices y esperamos impacientes que se
produzca el efecto deseado. La esperanza no es nada sin la fe, y de nada sirve
creer si nadie es competente. El mundo está lleno de especialistas: médicos,
maestros, abogados, albañiles, fontaneros, pilotos, políticos… ¿Por qué? Porque
nuestra vida es corta para saber mucho de todo, y nos tenemos que poner en
manos de quien sabe mucho de algo. Con razón decimos a veces: ¡zapatero, a tus
zapatos! Y es que sólo nos merecen crédito quienes hablan de lo que saben con
seguridad; ése es el sentido de la confianza; ése es el sentido de la fe.
32.
¿Sabemos ver
muchos de nosotros la realidad desnuda sin nuestros clichés, sin estereotipos?
Se ríen del turista que se pasa la vida tomando fotos y apuntándose a
excursiones: pues sí, que nada hay tan bello como recordar en las fotos las
cosas que hemos vivido. Quien no mira la realidad con ojos de niño se expone a
no tener nunca en su vida, pero nunca, unas preciosas vacaciones de leyenda.
La próxima vez
iré a algún lugar del que no sepa nada. Porque seguro que allí descubro muchas
cosas que ahora sé: aunque las sepa sin saberlo.
DICIEMBRE
33.
Todo era más
abundante, más caro, más fácil; pero menos alegre porque ya no había canciones,
ni luces, ni aguinaldos; ni ilusión. Las ilusiones habían quedado reducidas a
diversión. El sol del invierno iluminaba dándoles brillo a las cosas vanas.
34.
Marchaba para
casa con alegría (pero con nostalgia), pensando en su esposa y en su hija, que
eran las luces chispeantes que iluminaban la alegría de su navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario