viernes, 11 de marzo de 2022

ALMA DE ACERO (1)

 

 

ALMA DE ACERO (1)

 


            La historia de Juana la Loca desfilará por entregas en esta sección de literatura. Una reina a la que trataron de loca porque solía estar cuerda, como don Quijote. Y como en un cantar de ciegos, como si fueran pliegos de cordel, las escenas de su vida desfilarán por estas páginas para mostrar que a veces, donde tenemos los sueños, sólo quedan realidades. Realidades que son delirios de los locos. O pesadillas.

 

1.

PRELUDIO

 

1. El sueño de la reina.  

 

Presa estuvo en Tordesillas

bajo las garras de Carlos,

en las ventanas, barrotes,

en los jardines, barrancos,

sobre las aguas, cañones,

bajo las aguas, palacios:

y hundidos por las bombardas

estaban sus ojos blancos;

aterrorizados, ciegos,

perdidos y recobrados,

perdidos por la razón,

por la locura, ganados,

rotos de tanto sufrir,

rotos y desgarrados,

quedando, bajo las balas,

por fuera desvencijados.

 

El río Duero quemaba

su rostro atormentado.

Mostrábale el resplandor

horrores del rey don Carlos,

el hijo de sus entrañas,

el vástago despiadado,

cómo gozaba quemando

las ciudades y los campos.

 

Miró. Sus ojos ardieron con las llamas

que ardían cuando Medina fue quemada

y una garra le arrancaba, sin piedad,

los tiernos sentimientos, las entrañas;

entre ellos, su hijo, ahogado en la maldad,

ardía en el infierno de la infamia.  

   -Hijo mío –le decía-, quieres ser,

pues te han nombrado emperador de Alemania,

cueste lo que cueste y caiga quien caiga,

quieres ser emperador de las Españas;

y no te detienes en quemar, matar,

hundir, robar, romper, violar si hace falta.

Tú no eres mi hijo: ya no hay corazón

en la piedra que en tu pecho palpitaba.

 

La Santa Junta llegó

a hablar con la reina Juana

de justicia y de razón,

y del corazón, del alma;

y vino el Consejo Real,

la sombra del rey de España,

la injusticia de don Carlos,

la sinrazón disfrazada;

y puso amor con engaños

donde hubo odio, donde hubo armas.

 


Ardió Medina en las teas

sobre sus propios tejados,

de sus propios habitantes

los cañones dispararon

sobre las calles y casas,

la ciudad que amaban tanto;

y fueron, como Nerón,

corazones despiadados,

romanos quemando Roma,

en honor del rey don Carlos.

 

Los imperiales tomaron Tordesillas.

Y los comuneros perdieron el alma.

La reina, contemplando todo el horror

en el corazón del niño al que engendrara

no pudo, no quiso justificar nunca

la vileza de su hijo; pero estaba

atada por el corazón

y una madre nunca puede decir nada

contra el tirano, si es su hijo, por mucho

que siembre injusticias, que derrame infamias.

 

Mas perdieron Tordesillas,

¡ay!, las tropas imperiales;

el ejército de Carlos,

su hijo, ¡ay!, los desastres

conocía, la derrota,

el exilio por delante.

Y llovía en Villalar.

El ejército se parte.

Y la pólvora mojada

bajo aquellos vendavales

de agua no prendió y las tropas

comuneras lo apresaron;

y volaba por los aires,

¡ay!, con sus esperanzas,

la vida de aquel rey infame

nacido de sus entrañas;

condenó como mujer

y salvaba como madre.

 

He aquí el emperador decapitado.

El verdugo, mostrándolo a la multitud

-cuerpo en el suelo y cabeza agarrada

por el pelo, bajo un cielo triste y azul-,

con un hacha en la mano, el corazón

de su madre rompe mientras rompe el tul

que velaba sus ojos locos de amor;

y el clamor de la justicia se oye al sur

de los Pirineos, y al norte, en Flandes,

un fundido en negro se extiende por las calles.

 

 

He aquí a una mujer desconcertada.

He aquí ciegas visiones de mi encierro.

En la niebla que cubre mis ojos no hay

más que lumbre y desesperación y miedo;

lumbre que me quema el alma, me deslumbra

y borra los perfiles de lo que veo;

desesperación que me nubla los ojos

poniéndome imágenes que yo no quiero;

y miedo de ver morir descabezado

al hijo al que crié no hace tanto tiempo.

¡Aparta de mí este cáliz, estas sombras

que me llenan de dolor y desconcierto!

¡Aparta estas visiones del alma, llévate,

dios mío, estas sombras, estos tormentos!

¡Cómo lloraba María, cómo era

su dolor nunca soñado, siempre cierto!

                                               Creedme, que me parece

que todo cuanto veo, cuanto me dicen,

                                               es sueño.



2. El sueño de vivir.

 

Quince años llevaba cautiva la reina.

Quince años, quince vidas contando el tiempo

-pues cada año es una vida y ya no sabe

cuál es mentira y cuál vive en los sueños.

El sueño de vivir…- Los muros de piedra

sujetan la mentira y sólo ve muertos;

pues le parece que los sueños terribles

que la están llenando de fiebre en su encierro

son la realidad vestida de visiones

y no quiere contemplar al  hijo muerto.

Ni siquiera en sueños. No quiere encontrar

realidades escondidas,

cuando se despierte en una de esas vidas

y tenga que llorar por el hijo muerto.

                                               ¡No quiero soñar! ¡Acaso

                                               sea verdad lo que sueño!

                                               ¡Ni despertar, puede ser

                                               realidad estar despierto!

Hace quince años que la reina Juana

vive encerrada en las paredes del tiempo,

temiendo abrir los ojos a realidades

turbias, temiendo cerrarlos por si el viento

acaso pone verdad en sus recuerdos.

                                               El sueño de vivir.

                                               La vida entre los sueños.

Hace quince años que la reina Juana

fue encerrada entre paredes, ¡oh, qué lejos

parece ya! Ha venido a visitarla

Rojas: es el presidente del Consejo

de Castilla; quiere que la reina firme

unas provisiones contra los comuneros.

Y de los comuneros no sabe nada

que no vea entre los muros de su encierro.

-Quince años ha –contestó la reina Juana-

que no dicen la verdad en lo que veo,

que no me tratan bien; y por mi ventana

sólo veo las aguas del río Duero.

Me habéis mentido, marqués, ya no os creo.

-Verdad es, señora, que os he mentido,

por quitaros de pasiones lo he hecho,

por ahorraros dolorosa realidad

en tantas cosas que pasan, en los hechos.

Yo enterré a vuestro padre, verdad os digo,

hágoos saber que vuestro padre es muerto,

y ahora debéis saber que, como reina,

habréis de hacerles frente a los comuneros.

-Yo no sé si existen, en verdad os digo,

si esos comuneros también son sueños;

todo esto es confuso para mí: las piedras

de mi palacio son lo único que es cierto-

díjole la reina a Rojas, añadiendo:

-Obispo, creed que todo me parece,

así lo oiga, así lo vea, sólo un sueño.

 


Calcina el sol las piedras de Tordesillas.

En las piedras de Medina hay un templo

-para entonces estará muerta la reina-

que fundara otra mujer, Santa Teresa,

distinta de su madre, distinta de ella,

que también tuvo visiones, sin saber

si del espíritu de dios o del demonio;

fueran locura de amor si eran divinas,

o fueran locura mala si eran de odio.

Por las tierras de Castilla más al sur

iba cabalgando un caballero loco

y un hombre recio también iba a escribir

cosas extrañas de que la vida es sueño.

Noche oscura del alma, diría San Juan,

castillos interiores, que estaban lejos,

pero el de La Mota, lleno de troneras,

al cuerpo apuntaba derramando fuego.

Noche fascinante aquella edad

de luces oscuras, el Renacimiento:

¡ay, doña Juana, ya deja de soñar,

deja ya de servir a los tiempos viejos,

ponte a buscar las huellas de la verdad

en las visiones verdaderas del viento!:

no murió el emperador, porque ganó

la guerra que libraron los comuneros

contra el gobierno que venía de Flandes;

Castilla contra los castellanos: veo

que empieza el emperador un tiempo nuevo

y no será Castilla, leyes serán

que desborden de Castilla al mundo entero.

                                               Como se desborda el Duero.

¿Dónde está la verdad?  ¿Castilla soñada

y vieja, la que sueñan los comuneros?

¿O una Castilla universal, no del Cid,

sino Cervantes, Velázquez y Quevedo?

¿Cuál es la Castilla verdadera, dónde

luce la verdad enterrada en un velo?

¿Está en la bruma de la noche? ¿El cielo

ha de ser luz para poder ser cierto?

No hay luz sin sombra. La luz entre la niebla

también inunda la realidad, pero

de otro modo. ¿Es auténtico, es cierto,

qué pasa con las verdades que son falsas?

Fue falsa una gran verdad: el imperio.

Y fue auténtica una gran mentira, fue…

la justicia: escondida entre las nubes

                                               del tiempo

y esperando a don Quijote a que vinieran

tiempos nuevos. Que es un sueño la verdad,

una luz, una utopía, una niebla

que tendrá que renacer en otro tiempo.

Pero ahora la tempestad agita el Duero.

                                               Doña Juana, doña Juana,

                                               alejada de la mar,

la meseta de Castilla

                                               ¿no tendría que cambiar?

                                               Doña Juana, doña Juana,

tus manos saben hilar,

hilando el aburrimiento,

¿dónde vienes a buscar?

                                               Doña Juana, doña Juana,

                                               ¿dónde encuentras la verdad?

                                               Encerrada en Tordesillas

¿dónde tienes que mirar?

                                                           -En el tiempo.

                                               Sólo miro en el recuerdo

y el futuro no se ve,

                                               mas la rueca, hilando dentro,

                                               poco a poco surgirá.

                                                           Creedme.

                                               Que me parece que todo

                                               son ficciones de mis sueños,

                                               y entre sueño y sueño, miro

el único sueño que es verdad.

 


1 comentario:

  1. Siempre me pareció una mujer guerrera, adelantada en su época y fiera con furia de injusticia, sé que España la ve, la reconoce y la tiene entre sus heroínas más birladas.🌿🇵🇪

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