viernes, 27 de septiembre de 2019

CONTRARIEDAD Y CONTRADICCIÓN



CONTRARIEDAD Y CONTRADICCIÓN


Contradicción.

            Contradecirse es negar lo que uno dice. Si digo que ayer llovía y acto seguido digo que no había nubes, me estoy contradiciendo porque no puede llover si no hay nubes; es como decir explícitamente que no hay nubes y añadir implícitamente que las hay (puesto que llueve). Sólo los locos enuncian contradicciones explícitas (está y no está nublado), pero muchos cuerdos se contradicen implícitamente (llueve y no hay nubes). Contradecir es, pues, afirmar y negar una cosa al mismo tiempo. Si afirmo que todos los mamíferos son placentarios, con un solo mamífero no placentario que encuentre (por ejemplo un ornitorrinco) ya entra lo que digo en contradicción con la realidad.
            Para encontrar dos proposiciones contradictorias basta con poner un “no” delante de lo que se dice; afirmar que algo no es blanco es contradecir la afirmación de que algo es blanco: no-blanco contradice a blanco; si un testigo asegura que aquel coche era blanco y otro insiste en que no lo era, ambos se están contradiciendo.
            Entonces el mundo se divide en dos mitades: la de las cosas blancas y la de las cosas no blancas; entre ambas mitades no hay tercera posibilidad, y cualquier color distinto del blanco será un color no-blanco: es lo que se conoce como principio de tercio excluso (o tercio excluido); los animales pluricelulares se dividen en vertebrados e invertebrados, y si un animal no es invertebrado, entonces necesariamente es vertebrado.

Los contrarios.

            Hemos dicho, pues, que contradecir es afirmar y negar una cosa al mismo tiempo: de ninguna manera decir lo contrario de lo que se ha dicho. Lo contrario del blanco es el negro, puesto que el blanco es la suma de todos los colores y el negro es la ausencia de color. Contrariedad no es lo mismo que contradicción porque que entre dos contrarios sí hay terceras posibilidades, y hasta cuartas y quintas y sextas… Entre el blanco y el negro están el rojo, el verde, el gris… En resumidas cuentas: entre dos contradictorios no cabe la posibilidad del tercio excluido; si entre dos contradictorios no había tercera posibilidad, entre dos contrarios hay un sinfín de posibilidades: tantas como matices hay en el espectro de los colores. El mundo de los contarios no se divide en dos mitades (como le pasaba al de la contradicción), sino en miles de trozos diferentes. 


El tercio excluso.

            El problema surge cuando estudiamos las realidades dicotómicas, como es el reino de la verdad. Entre la verdad y la falsedad no hay tercer estado posible (dicen unos); sí lo hay (dicen otros); unos son defensores de una lógica bivalente; los otros, de lógicas multivalentes; la primera es una lógica de la no-contradicción (la no-contradicción suele ser amiga del tercio excluso) y las otras son lógicas que admiten la contradicción (por lo tanto son lógicas contradictoriales, que forman parte de las lógicas paraconsistentes); en Parménides y Aristóteles encontramos una lógica de la no-contradicción; en Heráclito, y mucho después en Hegel, encontramos el fundamento de las lógicas contradictoriales.
            O soy joven o soy viejo, dice Aristóteles. Soy viejo y joven, dice Heráclito, porque la vida es una sustancia que se mueve entre la juventud y la vejez; antes era más joven y menos viejo, ahora soy más viejo y menos joven, pero siempre he sido a un tiempo joven y viejo aunque no siempre lo he sido en la misma proporción. ¿Soy viejo? Sí; soy más viejo que mi hijo. ¿Soy joven? También, porque soy menor que mi padre. ¿Es tuya esta foto? Sí. Pues no te conozco. Es que me la hicieron hace treinta años. Pero tú ya no eres éste, ¿verdad? No. ¿Y sin embargo eres tú? Sí. Por lo tanto tú eres y no eres tú; te contradices. Sí; es que la vida es contradicción.

La mezcla.

            Contradicción. La pluma de un pájaro es blanca y negra a la vez. Si tiene el mismo número de barbas blancas que de negras intercaladas alternativamente nos aparecerá como gris; si tiene más barbas blancas que negras ese gris lo veremos más claro, hasta que tenga muchísimas barbas blancas y muy pocas negras: entonces parecerá blanca; pero no es verosímil que ocurra que todas las barbas sean blancas (en cuyo caso la pluma sería de un blanco puro) y ninguna negra; el blanco puro no existe. Lo mismo cabe decir de los grises oscuros y del negro absoluto.
            Un agujero negro es una sima de la que no sale ningún color, porque se traga todos los colores. O lo que es lo mismo: dentro del negro están contenidos todos los colores (aunque no los vemos).
            Un agujero blanco es una boca de la que salen todos los colores: porque los tiene dentro y los seguirá teniendo mientras los siga reflejando, sacándolos de sí y proyectándolos sobre el mundo.
            De modo que el negro y el blanco están hechos de los mismos colores, solo que uno se los guarda y el otro los comparte. Así se entiende que algunos mitos, como el de la segunda creación de Huiracocha, afirmen que el sol salió del interior de la tierra; o lo que es lo mismo, que la luz salió de la oscuridad; para decirlo con otras palabras: la oscuridad está hecha de luz. Luz encerrada (y la llamamos oscuridad). Luz liberada (y la llamamos, simplemente, luz). Pero entonces cabría preguntarse: ¿de qué está hecha la cárcel donde se guarda la luz? ¿De oscuridad? ¿Y qué es, entonces, la oscuridad? 

La vida.

            Es como si todos los colores juntos formaran el blanco. Y todos los colores juntos, perdiendo brillo y vida, volviéndose más mortecinos, se difuminaran en la oscuridad. El color negro sería, más que ausencia de color, presencia sin vida, y por eso sería una luz apagada; sin energía. La luz viva sería semejante al sol, padre de la fotosíntesis; y la luz mortecina sería vida sin sol, vida fermentada; tanto la fotosíntesis como la fermentación son creación de energía, pero con 24 ATP en el primer caso y con 8 en el segundo; la vida de las cuevas es una vida disminuida, debilitada, fantasmagórica, lenta: vida apagada es lo que llamamos lentitud.
            Pero también muere la vida por un exceso de luz. La luz quema, consume, disuelve, deshace las formas, destruye el orden, hace imposible respirar. Ni el fulgor ni las tinieblas son la vida; la vida no es fuente de luz, sino luz reflejada, atenuada, sopesada, fuego, sí, pero con medida, como decía Heráclito. El latín tiene dos palabras para designar estas dos realidades: lux, fuente de luz, que es una luz cegadora, luz que mata luz, que no podemos mirar; y lumen, que es luz reflejada, y que configura vidas en sus distintas proporciones. Ni la luz excesiva es vida, porque disuelve las formas y destruye el orden por sobreabundancia de energía, ni lo son tampoco las tinieblas, porque se mueren por falta de fuerzas, de movimiento, de vitalidad; la vida está en medio, y la energía está más o menos animada dependiendo de que las formas por las que circula sean más o menos pesadas; un exceso de ligereza (como las bacterias) no tiene espacio para alojar a la razón, ni tampoco un exceso de peso (como los dinosaurios gigantescos portadores de cerebros); ha de haber un equilibrio exquisito entre el peso y la forma para que la luz que la atraviese adquiera la ligereza de una bacteria: y esa levedad sublime dentro de la materia que pesa es lo que llamamos el sentimiento; y la razón.




4 comentarios:

  1. Me ha fascinado leer esto querida Lechuza:" O soy joven o soy viejo, dice Aristóteles. Soy viejo y joven, dice Heráclito, porque la vida es una sustancia que se mueve entre la juventud y la vejez; antes era más joven y menos viejo, ahora soy más viejo y menos joven, pero siempre he sido a un tiempo joven y viejo aunque no siempre lo he sido en la misma proporción. ¿Soy viejo? Sí; soy más viejo que mi hijo. ¿Soy joven? También, porque soy menor que mi padre. ¿Es tuya esta foto? Sí. Pues no te conozco. Es que me la hicieron hace treinta años. Pero tú ya no eres éste, ¿verdad? No. ¿Y sin embargo eres tú? Sí. Por lo tanto tú eres y no eres tú; te contradices. Sí; es que la vida es contradicción."

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  2. De mi poeta querido, Mario Benedetti: " Todo lo contrario"
    Colecciono pronósticos
    anuncios y matices
    y signos
    y sospechas
    y señales

    imagino proyectos de promesas
    quisiera no perderme
    un solo indicio

    ayer
    sin ir más lejos
    ese ayer que empezó siendo aciago
    se convirtió en buen día
    a las nueve y catorce
    cuando vos
    inocente
    dijiste así al pasar
    que no hallabas factible
    la pareja
    la pareja de amor
    naturalmente

    no vacilé un segundo
    me aferré a ese dictamen

    porque vos y yo somos
    la despareja.

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  3. Los poetas son esa raza privilegiada que se dan cuenta de que donde no hay co tradicción no hay ni puede haber vida. 'Vivo sin vivir en mí, decía Santa Teresa, para concluir después que "muero porque no muero'.

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