viernes, 6 de septiembre de 2019

EL ESPACIO SIN FONDO





EL ESPACIO SIN FONDO



No hubo anoche eclipse de sol.

El cielo brillaba, las luciérnagas

flotaban, el espacio
se hundía, las sombras volaban.
Porque no hubo anoche un eclipse de sol.

Tus ojos
manaban donde se hunde el espacio:
el espacio
se ahogaba en el fondo de ti.

Helios llevaba su carro en el cielo.
La luz de su carro (voraz, cegadora)
clavaba los ojos hasta el mismo cerebro.
Y allí, en la retina, bastones y conos,
de luz y colores flotaba una niebla;
detrás de la niebla el espacio se hundía,
y roto, en el fondo, allí derramaba
su luz, que se iba al otro lado
porque no hubo anoche un eclipse de sol.

Y no lo hubo a este lado,
que en la noche no hay sol;
ni lo hubo en el otro y por eso la luz
llenando el espacio en el plano se hundió.
Hundirse en el plano es viajar
a la hondura de atrás.

La noche es una hoja de papel
donde están escritas las estrellas
 –tristes luciérnagas-.
El día es una hoja de papel
donde las borra la luz,
tristes luciérnagas.

No eres la noche, no eres el día,
en ti me hundo
sin dejar de estar en ti,
sin traspasar de un mundo al otro,
sin pasar al otro lado.
En ti se hunde el espacio.
En ti las luciérnagas, la luz de las estrellas,
se van al infinito sin salir de ti.
¡Quién fuera estrella!

Y a nadie le importa
que no fuera noche
el eclipse en los dos.




1 comentario:

  1. Inspirador querida Lechuza:"Y a nadie le importa
    que no fuera noche
    el eclipse en los dos".����

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