sábado, 1 de agosto de 2015

Rincón del Filósofo (2)



2014.
 RINCÓN DEL FILÓSOFO
 

SEPTIEMBRE

27.

Las ficciones clarividentes sirven para proyectar la realidad más allá de lo que vemos; las ficciones ciegas le quitan a la realidad buena parte de su ser.
Los ideales son ficciones que nos marcan el camino.


AFORISMOS


28.

La envidia rebaja los éxitos de los demás por debajo del nivel de nuestros fracasos.


29.

Manda el señor, que decide; pero el señor no puede decidir lo que quiere, sino lo que quieren todos aquellos que le obedecen.


30.

La gente piensa con la cabeza y decide con las tripas.


31.

Lo que debe morir es la tiranía, no los tiranos; que matar a otros es bajeza.


32.

El señor es un servidor de la justicia, no del pueblo; ni tampoco de sus intereses personales. Si sirve al pueblo en contra de la justicia, merecerá ser revocado. Y si sirve a sus intereses en contra de la justicia, también  merecerá ser revocado.


33.

Si la monarquía sirve a la justicia, bienvenida sea. Si la viola, abajo la monarquía. Lo mismo cabe decir de las banderas.


34.

Arriba está el mando, que escucha. Abajo está la gente, que habla. Y en medio está la justicia, que hilvana. El poder es una pasión: una pasión razonable; razonada. Viene de arriba y de abajo: ambas, en tensión, se sirven de contrapeso. 


35.

Sois mi señor, pero si no servís a la justicia yo no os serviré a vos. Hay buenos vasallos que no tienen buen señor; también buenos señores sin un buen pueblo a quien mandar.


36.

El pueblo contra el señor, si el señor deja de ser señor de sí mismo: de sí mismo antes que del pueblo.


37.

Si el gobernante se rebeló contra el mando subvirtiendo el orden natural de las cosas, ahora el pueblo puede rebelarse contra la subversión y se convertirá a su vez en subversivo; que invertir lo que otros han invertido es enderezar entuertos, ser quijotes y mandar en sí mismo.


38.

Llamamos poiesis a la mirada interior  que provocamos abriendo la envoltura que les hemos puesto a los objetos.



OCTUBRE

39.

Una aparición es la presencia de un objeto ante nuestros sentidos. Puede aparecernos  un bulto o una figura más o menos conformada. Y una apariencia es una interpretación posible de esa figura: esa nube se me aparece como una bandada de pájaros.
Forma es el esquema geométrico que tienen las cosas (puntos, líneas, polígonos o volúmenes); y apariencia es el objeto evocado por esas formas, lo que representan dentro de ellas.


40.

Cuando las acumulaciones de sensaciones y totalidades logran parecerse a algo que ya conocemos, las dotamos de sentido


41.

            Llamamos pensamiento al ejercicio de la razón sobre la apariencia, la aparición y el sentido.


42.

La razón es una lupa: cuando se acerca busca el detalle, el análisis; y cuando se aleja se sumerge en la síntesis, que no es más que una visión de conjunto de todos los detalles que estaba analizando. Podemos analizar e integrar la realidad mediante descripciones y narraciones. Podemos hacer síntesis apoyándonos en conocimientos anteriores, subiendo del piso de los hechos al piso de las ideas:


43.

            1. Razón sentida. La narración y la descripción problemáticas contienen el pathos: la razón sentida, que podemos llamar también momento vital de la razón.
            2. Razón poiética. La explicación del problema constituye la poiesis, el momento creador de la razón; en tanto que pensamiento es poiética, y como sentimiento nos aparece como poética, estética, arte. Sus dos momentos epistemológicos son la hipótesis y la predicción de consecuencias.
            3. Razón crítica. La contrastación es una crítica empírica, porque baja desde el piso de las ideas (las hipótesis) al de los fenómenos (nuevas narraciones y descripciones que queremos comparar con las hipótesis explicativas). Suele acompañarse también de una crítica formal o demostración, que se preocupa de la coherencia entre las ideas (contrastadas o por contrastar). Llamaremos logos al momento controlador de la razón, o crítica a secas.
            4. Llamamos aplicación a la hipótesis que no tiene como objetivo saber cómo son las cosas, sino cómo se pueden cambiar; para eso es necesario respetar la naturaleza de su ser. Éste es el momento práctico de la razón, que puede buscar la utilidad de las cosas (techné) o su integración con el fondo de nuestro ser (el ethos: la praxis).
Resumiendo: hay una razón sentida (pathos), una razón creadora (poiesis), una razón crítica (logos) y una razón práctica (ethos y techné). Son, recordémoslo, cuatro caras de la razón, cuatro momentos de su ser.


44.

Que algo sea analógico no quiere decir que sea ilógico; hay una lógica de la analogía. 






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