viernes, 14 de agosto de 2020

LA RESISTENCIA DEL PERDEDOR

 

 

LA RESISTENCIA DEL PERDEDOR

            Hoy me he puesto a pensar en Fernando Fernán Gómez. Porque representa lo más genuino del carácter español. A don Quijote empapado hasta el cuero por todas las tormentas. A Sancho cayéndole los chuzos de punta. A todos los gatos que arañan, salvajes, la cara de don Quijote. A todos los gañanes que mantean, despiadados, el cuerpo de Sancho. Todos los molinos le azotan en la cara, todos los cardos se le clavan en el caballo, todos los pellejos lo esperan en todas partes para mofarse de su locura, pero también de su valor: don Quijote. Y todos los zurrones donde lleva un trozo de queso le desaparecen, todos los malditos que se mofan de su grandeza se empequeñecen, todos los espíritus secos le dan escarnio en una ínsula para aniquilarlo, y ante su figura de gigante son ellos los que desaparecen: Sancho. Don Quijote y Sancho y Fernando Fernán Gómez son lo más genuino que tiene el carácter español: sufrir el ataque de todas las adversidades; es la figura del perdedor. Perder la suerte antes que dejar que gane la maldad.

            Y he pensado también en Miguel Delibes. La voz que muestra las cosas en su desnudez, trágicas sin hacer aspaviento, cómicas sin cebarse en la burla. Una voz que va perdiendo toda su fuerza. Que dice, bajo las rachas del infortunio, el dolor de perder a la compañera muerta. Que sufre todos los vendavales sin sucumbir. Don Quijote encerrado en la jaula del león, desarmado, pero valiente. Sancho soportando las burlas de los gañanes. Dulcinea intentando vivir en el mundo sin dejar de ser un sueño. Don Quijote preparándose para el combate en la venta, preparándose para el amor en la cueva, dispuesto a todo a pesar de los gigantes. Sancho ayudándole siempre y creyendo en su bondad como un niño, subiéndose a los sueños en la grupa de Clavileño, recibiendo bofetadas y creyendo siempre que el mundo es bueno, a cada bofetada.

            La voz rota de Miguel Delibes es la voz de ellos. La que sigue ahí a pesar de los contratiempos, la que no se arredra a pesar de los tortazos, la que no desaparece aunque se le desplome el aguacero, la voz del estoico: que seguirá estando ahí pase lo que pase sin quitarse de en medio: la voz quebrada de Delibes es españolísima hasta el tuétano porque representa lo que nunca ha de faltarle aun cuando todo se lo quiten: resistencia; imperturbabilidad; sed de vino pero sin ahogarse en vino; ganas de verter la sangre del vino en el pellejo; ansia de vivir, ganas de mirar en el horizonte aunque esté ciego, el espíritu de España, si no se cifra en ganar, se cifra al menos en resistir. Resistir a la muerte, no a los ataques que te matan. Poco importa ser un perdedor si su espíritu es resistencia. España pierde todos los combates como Fernando Fernán Gómez, como don Quijote y como Sancho; pero nunca se deja vencer, no se rinde nunca, es Fernando Fernán Gómez y Miguel Delibes y es un hidalgo y un campesino. España, espíritu que pierde sin rendirse, sigue adelante contra viento y marea. España siempre, contra todos sus demonios, el espíritu del perdedor. Que gana todas las batallas porque resiste. Que sabe que no quiere sufrir en la vida, pero sufre, si hace falta, con tal de luchar por la vida, si viene el dolor, y lo tenemos que vencer; y lo vencemos.

 

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