sábado, 18 de abril de 2015

Poesía







SOBRE MIS VERSOS



           Yo soy el alma cristalina
que quiso tocar las nubes,
soñar la nada, volar al viento,
vivir dormido y soñar despierto.
            Y reto a las estrellas
colgando ancladas en sus brazos 
y al cielo, que andaba entre las nubes,
nublando lunas, soñando encierros.
            Crucé el cielo despeñado
sobre el abismo intenso de las aguas
y el iris, que ardía en sus pupilas,
se hundió en la bruma
en sus olas blancas.
            El cielo me arrojó sus chispas
profundas de tormenta. Mares
de silencio sufrió mi vida.
Y aquí sobre mi mesa, solo,
donde tengo ahora el pensamiento,
agonicé un día de otoño,
la frente muerta, sobre mis versos.




PIENSO

             Oigo. Me encuentro solo.
Quieto, guardo la resaca
de querer pensarlo todo.
No hay nadie. Mi destino
se pierde en la existencia
difusa de los destinos.
Y leo y pienso, y quiero
una respuesta a la duda:
pero nunca la consigo.
Entre las letras del libro
pierdo esencias que no encuentro,
y se esfuma y lo diviso.
Pienso. Pero oculto el lobo
de la psiquis que me come,
quedo sin él. Pienso sólo.




AUSENCIA


             Tierras milenarias...
Trabajo triste y cansado.
Cuando en la ventana
se filtran los pobres rayos,
un hálito indescriptible
debía herirme en lo hondo.
Pero no me hiere. Firme
se filtra en mis venas tan sólo
el vago cansancio.
Cuando pienso en las murallas
de la tierra lacia
y pelada de las almas castellanas,
nada pienso y nada miro.
Nada recuerdo ni añoro.
Ni siento a veces la ausencia
de los pobres cerros rotos. 



ETERNIDAD

 
Yo quiero azotes de fríos y tempestades,
ventiscas eternas. Aludes condenados
a los fríos de la muerte. La furia del viento.
Vientos huracanados
que parten en mil pedazos el firmamento.
Fragor de luchas y batallas. Los nevados
montes herir sus rocas, inmensas soledades,
sobre los condenados.
Un clamor de muerte que inunda el cielo. Males
sin fin, sin muerte. Mil gemidos incrustados
en el sudor terrorífico del tormento
inacabable. ¡Huid!
Clamor herido al viento, sudor fró que eterno
vaga de frente en frente. Mitos condenados
al terrible vagar del eterno retorno.
¡Oh destinos malditos!
Ventisca universal del hielos cortantes,
hervidero sublime de maldades, hado
de la esencia. ¡Apiádate del sino cruento
de este eterno caminante!


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